Esta fue una semana desalentadora. Uno de esos períodos en los que realmente temes que la pasta de dientes del tejido social esté fuera del tubo de forma permanente o semi-permanente. Se siente como si las presiones históricamente poderosas, de arriba hacia abajo, de la virtud y la moralidad se hubieran debilitado más allá de una reparación inmediata.